Sueños de amores...

En una ocasión tuvo un sueño erótico sobre su buen amigo Antonio Banderas, en el que éste aparecía desnudo y completamente cubierto de guacamole, tumbado sobre una tortilla. Ese fue el comienzo de Afrodita". Pero hubo otro sueño que la sacó de una especie de parálisis que la autora sentía frente a la ficción. "Un día soñé que del corazón del continente sudamericano salían cuatro indios llevando en una angarilla una caja grande de regalo para el Conquistador.
El hombre esperaba impaciente. Su mano enguantada -que era también la mano mía- escribía en letra cursiva: si abres la caja serás herido por una herida invisible por donde se te irá la vida en hilos de palabras". La autora, por supuesto, decidió ir a abrir la caja. Ese día encendió su computadora y escribió la primera frase de una historia que nada tiene que ver con indios o conquistadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario